Una ciudad para pasear

Gijón es sin duda una ciudad para pasear; sus atractivas calles, y en especial su paseo marítimo os invitarán a caminar sin rumbo y a disfrutar del ambiente. Además es una ciudad pequeña que permite el recorrido a pie sin cansarnos demasiado.

El paseo obligado es el que va del puerto a la playa de San Lorenzo, podéis pasear por el paseo marítimo, pero ¡cuidado!, abundan los patines y monopatines y podéis tener algún susto...
El símbolo de Gijón por excelencia es la escultura Elogio del horizonte, de Chillida. La podeis encontrar en el acantilado del cerro de Santa Catalina, en el barrio de Cimavilla. Si os gustan las casitas antiguas no podéis perderos este barrio. Además la escultura está en el acantilado, y desde allí podéis contemplar una magnífica vista del Cantábrico. Y una curiosidad, si te colocas en medio de la estatua el sonido del mar se amplifica, ¡pruébalo!

La Universidad Laboral es otra de las atracciones de la ciudad; el complejo educativo ha sido restaurado recientemente y se ha convertido en un museo. La figura central del conjunto es una torre con un reloj que hace la función de mirador. Desde allí arriba puedes contemplar Gijón, y

puedes tomar fotos panorámicas de la ciudad. Si después de subir al mirador estás muy cansado, puedes descansar en la sombra del jardín botánico, situado a escasos metros de la Universidad Laboral.
Y recuerda, no puedes acabar tu visita a la ciudad sin degustar un buen vaso de sidra asturiana, te recomiendo las sidrerias del barrio de Cimavilla.